jueves, 8 de febrero de 2007

De anatomía de Oscar

Buenas, hacía tiempo que no me acercaba por aquí, me refiero a escribir de verdad, estas entradas que hago a este absurdo diario con el corazón en la mano, a veces tengo la impresión que vuelco demasiado aquí, demasiado de mi mismo, esa parte que te guardas solo para algunas personas o incluso para ti mismo, al principio no me importaba, sabía que nadie lo leía, ahora lo lee mucha gente y sobre todo gente que me conoce y que me importa, tal vez por eso o tal vez por el miedo que tengo a retomar esto de vomitar mis sentimientos me he mantenido distante.
Hoy Anatomía de Grey y alguna otra cosa me han hecho retomarlo, con los ojos humedecidos, supongo que por la tristeza de decir adiós a algo que se acabó hace tiempo, también por descubrir otras cosas y porque la historia de Isi y Denny, me ha hecho llorar..., joder ¿por qué las historias de amor más bonitas tienen que ser las más trágicas?.

He vuelto a ver los dos últimos episodios de la segunda temporada, después de ver el 5º o 6º de la tercera, es una serie muy buena, más de sentimientos que de médicos, de elecciones más que de urgencias, de amores y desamores mas que de operaciones complicadas o enfermedades raras.
Y como a un servidor no le gusta a penas llorar, pues ver esos episodios donde Deny pide matrimonio a Isi, son de echar el moco, que se le va a hacer.
En los nuevos hay otras lecturas, de estar o no estar preparado para tomar decisiones, de decir solo lo que otro quiero oír o de sentirlo de verdad, de dejar marchar a alguien...

Hace unas semanas, imagino que casi mas de un mes, dejé marchar a Roberto, estoy partiendo de cero, buscándome, intentando saber quien soy y que quiero, incluso le mandé un mail a Felipe, uno que ni siquiera se si ha leído, solo le pedía que cuidase de Rober y que fuese sincero con el, no sabia que en ese mail le estaba dejando marchar, aquí, en el blog, ya me había despedido de el, pero detrás de las grandes palabras, de la puesta en escena grandilocuente había hecho algo sin darme cuenta, admití que Rober quiere estar con Felipe y con ese mail volvía a preocuparme por el como amigo, dejándole marchar...

Ahora que lo sé, también me doy cuenta que es Roberto quien no me quiere dejar marchar del todo, ya no sufro si no me da noticias, no sufro por saber que tal día ha pasado ni por querer hablar con el a diario, es más, todo eso se ha convertido en una rutina, como llamar a mi madre, y al igual que con mi madre a veces nos enfadamos y discutimos, pero eso no evita que sigamos ahí, es más vuelve a acercarnos aunque de una manera que ya no quiero sentir por el, la diferencia es que ahora se que no es lo que quiero, y eso creo que es bueno para cortar la codependencia.

No se que quiero decir con todo esto, pero esos episodios recientes (de mi vida y de la de la serie) me han revuelto cosas por dentro, cosas que me hacen querer ver el siguiente capitulo, tanto de la serie como de mi vida.

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