martes, 28 de noviembre de 2006

De Goas y casas heladas

Hoy he vuelto a llorar, eso ya es como para reflejarlo aquí por sí solo, pero ya os podéis imaginar el motivo de mis lágrimas. Desde hace un par de semanas no me pasaba, desde aquel viernes que iba a acompañar a Roberto a un cumple de una amiga, que le dije que estaba muy asustado porque sentía que como no puedo ofrecerle lo mismo que Felipe iba a perderle.

Ha sido hace un rato, en el baño del trabajo, acabo de hablar con Roberto, y eso que no quería llamarle, pero me ha dejado un mensaje en el buzón de voz y si quiero aparentar normalidad y que puedo volver a ser su amigo, tengo que seguir escuchándole.


Me ha contado que anda raro, con una sensación extraña, que Felipe y el estuvieron ayer muy distantes… El domingo fuimos a la Goa, la fiesta mensual de musica house, y la verdad que no me arrepiento de haber ido, me olvidé de todos mis problemas durante mucho rato, que lo necesitaba, el problema fue al terminar, Felipe y sus amigas querían ir al Heaven, un after, Roberto quería irse a casa de Felipe, y yo quería estar con Roberto (curioso que O busque a R, R a F y F busque fiesta y mas fiesta). Le dije a Roberto que me dejara en casa, que no me llevara a casa de Felipe, pero tampoco quería quedarse solo así que siendo muy egoísta no se desvió.

Al llegar hicimos la cama, buscamos algo de ropa para dormir, y me metí con el en la cama, naturalmente empezó a querer güarrear, pero como le dije en un sms esta semana, no quiero que me enrede más, que me deje tranquilo, así que paró y nos dormimos. A primera hora de la mañana volvieron Felipe y sus amigas, y claro con unas voces de fliparlo, Felipe se tiro a la cama, creo que incluso me mordió la oreja, pero después ya se quedó con Roberto, y claro ya despierto la situación se me antojó demasiado fuerte para seguir aguantando, así que me levanté y me metí en la otra habitación helada (la casa de Felipe no tiene calefacción) e intenté dormir como pude, a eso de las 10 me levanté y al ir a la cocina me encontré que Felipe se había quedado a dormir en el sofá ¿?, así que recogí la cama, me vestí me eché algo de agua a la cara y me fui a la calle.

Salir de Coslada no es sencillo, comunican por bus con Ciudad Lineal, y con Vicálvaro, el tren de cercanías está demasiado lejos de la casa de Felipe, así que opté por el bus, metro y otro bus hasta mi casa, total llegué a la 12:45. Me pasé el día dormitando, comiendo, y pensando en el gran error que había sido ir a esa casa.

Me pasé el día resacoso, sin ganas de nada, estas fiestas es conveniente espaciarlas mas en el tiempo, el subidón de pasarlo bien, conocer gente, bailar a tu rollo casa muy mal con la vuelta a la realidad, a tu vida cotidiana y que esa herida que siento se vuelve a abrir.

Tengo ganas de que esto se acabe, decidí que no volvería a pasarlo mal como el año pasado, que hay gente estupenda que quiere hacerme feliz y que esté bien, riéndome y haciendo bromas (soy una taza, una tetera, una cuchara y cucharón…) y que siguen ahí aguantando mis rayadas de tarro, y haciéndose daño porque saben que mi cabeza está en otro sitio.

Quizás para eso debería de dejar de ver a Roberto, pero ¿soy capaz de hacerlo?

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