martes, 7 de noviembre de 2006

De Roberto (II)

Pues sí, hay segunda parte, la primera es confusa y está un poco desestructurada pero es muy difícil resumir tantos años, ordenarlos por capítulos y que quede coherente y ameno para la lectura. Pero en fin, esto tampoco es una vida novelada, es mi vida y es caótica, confusa, abrupta, a veces desgarrada y a veces graciosa, otras fantaseada y normalmente melancólica y triste aunque creo que no lo soy tanto.
En el anterior post, me quedé mas o menos por Septiembre de este año, Rober volvió de correrse unas buenas y moviditas vacaciones con un chulazo militar del Space, sí, ese lugar de reunión de gente que quiere evadirse y se siente perdida (por lo menos es mi caso aunque no he estado todavía). Yo me estaba recuperando de la mononucleosis fantasma, y había empezado a contactar con gente para salir, un chico profesor de educación infantil me llamó un día que salimos Rober y yo por Madrid. En el momento de su llamada, Roberto volvió a ponerse mal, ya me había dicho que prefería no saber si quedaba con alguien, que le hacía daño, esa noche Roberto me dijo que no me quería ver mas, supongo que ahí cerró definitivamente la tapa de los sentimientos hacía mi.
Increíblemente y como decía en el ultimo párrafo del anterior post, al día siguiente no nos llamamos, los dos lo pasamos mal, y los dos quedamos con otras personas. El con David, a día de hoy un nuevo amigo de ambos, espero, y yo con el profe, A. (por sus circunstancias particulares no me parece correcto decir su nombre). Por esas circunstancias rocambolescas, el azar, las coincidencias o lo que sea, resulta que nos encontramos en el mismo garito de chueca.
Yo me quedé como si hubiese visto un fantasma, me sentí fatal, sentía que le estaba traicionando, y ahora lo se, no seguí con A. por aquello. Incluso me bebí el cubata de un trago y me fui a casa en un búho.
Así que Rober y yo, volvimos a seguir viéndonos nuevamente, entramos en la dinámica de conocer gente, el mediante fiestas, se fue a la GOA y conoció a un chico, personal en tierra de Iberia ó como dice Samuel, el marido de mi compañero de trabajo Pedro, “maletero, no?”. Yo seguí quedando con gente mediante el gaydar y la página de contactos de turno, mis resultados fueron variados casi todos infructuosos, pero por fin conocí a alguien que parecía valer mucho la pena, realmente ya había hablado con el cuando estaba malo en el verano, Goyo, una persona que parecía normal, majo, simpático y además wapo.
Felipe empezó a bailarle el agua a Roberto, dejándole siempre con las ganas de más, y yo en cambio pasé por una ilusión casi adolescente por Goyo, ambos estábamos en una nube, fue muy bonito.
Todo ha cambiado ahora. En el puente de Octubre, Roberto lo estaba pasando realmente mal, tanto emocionalmente como físicamente, una de esas gripes estomacales tan fuertes y tan jodidas, junto a un momento en su trabajo realmente malo, mas que en la posterior GOA donde no acabó muy bien emocionalmente con Felipe…, demasiadas cosas juntas para digerirlas juntas. Me llamó y me dijo que estaba solo así que después de un poco de chantaje emocional (consentido), acudí aunque provoqué que mi madre se echase a llorar ¿?, para llevarle unas pelis del videoclub, Aquarius y limones para hacerle suero alcalino. En el fondo yo quería hacerlo.
Pasamos el día juntos, lloramos juntos, nos dijimos cosas de las que te tocan la fibra y desgarran la patata, algo en mi debió cambiar. En una mini crisis de bajonazo, en parte provocada porque yo iba a quedar con Goyo por la tarde, -al poco de hablar con Goyo, le tube que decir que no iba a poder ser-, le dije que pasara lo que pasara siempre estaríamos juntos y que saldríamos de este bache juntos, que a lo mejor si que tenía que cambiar de trabajo y que conseguiríamos encontrar algo menos estresante.
Creo que ese fue mi punto de inflexión, mientras le decía esas palabras abrazados y el lloraba, yo intentaba que la voz no se me quebrara y pareciera fuerte, el lo necesitaba.
Poco a poco las cosas se le fueron arreglando, -es un decir-, en el trabajo y también emocionalmente con Felipe. Yo seguí saliendo con Goyo, con esa sensación de flotar diluyéndose quizás por las prisas de Goyo quizás por mis miedos, quizás por el sentimiento diferente que crecía en mi por Roberto. Aunque Rober y yo seguíamos acudiendo el uno al otro, saliendo, yendo al cine... Imagino que los dos pensamos que, como en la canción de los Piratas, que en el fondo hay algo.
Cuando definitivamente he llegado a darme cuenta de cómo son las cosas, de lo que siento y no siento, ha sido más recientemente. Hace unas semanas David por el Messenger me preguntaba si me sentía mal cuando veía a Rober con otra persona, y hace un tiempo no, ni con el Jesus, chulazo militar con el que se fue de vacaciones, ni con Felipe en la GOA que pasaron juntos mordiéndose los morros…, recuerdo que David tenía puesto como subtitulo del Messenger, “no dejes a quien te ama por quién te quiere, por que te dejará por quien ama” o algo parecido, una gran verdad que todos deberíamos tener mas presente, yo dejé a Rober por querer conocer a otras personas, creí que no era sano el circulo vicioso que nos habíamos montado, y ahora pago las consecuencias.
Pero, -parece que la vida está llena de peros-, todo fue distinto cuando hace un par de sábados quedamos para ir a una, perdón por la redundancia, quedada gay de Legaynes, David, Rober, Felipe y yo. Roberto estaba espectacularmente wapo, -esto lo digo para satisfacer algo mi vanidad-, en parte gracias a mi, me dijo que necesitaba comprarse ropa para salir esa noche. Como hace tiempo que no puedo comprarme ropa por mi maltrecha economía prehipotecaria, sigo satisfaciendo el gusanillo pasando por las tiendas, probándome cosas, viendo lo nuevo que sacan… Así que le llevé a ver la camisa y las zapas que acabó comprándose, parece que como shopper si le valgo.
En esa quedada, ya sí que me molestó ver como se comieron los morros, me resultaba tan insoportable como lo que Rober me había dicho tantas veces que le pasaba por dentro cuando yo le contaba si había estado con alguien. Pero me autoimpuse no decir nada, contenerme.
En cierta medida ver a Goyo esa noche me ayudó a sobrellevarlo, ahora me siento mal por ello porque siento que le utilicé, aunque en ese momento no era consciente y quizás por eso me dejé llevar por el pedo que Goyo llevaba.
Finalmente me he terminado de dar cuenta que si con Goyo la cosa no ha funcionado no es por otra cosa que porque no es Roberto.
Inciso.-Es increíble, según escribo esto me doy cuanta que es cierto que me gusta mas el drama que cualquier otra cosa, porque no he escrito nada sobre lo bien que me sentía cuando empecé a hablar con Goyo, y en cambio estoy escribiendo sobre cuando he dejado de verle y me he dado cuenta de por qué es, aunque me ha costado saber que es por esto por lo que no he querido continuar, otra persona herida por mi culpa, y si nadie se merece ser abatido por el fuego cruzado, mucho menos Goyo que tantas ganas tenía de que funcionase lo que estábamos empezando.- fin de inciso.
Bueno, y ya finalmente llegamos al momento mas reciente, la cuadratura del circulo o lo siguiente para volvernos locos definitivamente, el sábado fuimos a un cumpleaños de nuestra amiga Adriana, creí que ya sabía lo que yo sentía, pero debe ser que no, o que solo le apetecía estar conmigo por un despecho con Felipe, que se fue el finde fuera de Madrid y le sentó un poco bastante mal. Después del alcohol, tontear en la casa de Adriana y de la fiesta en 69 pétalos, a la vuelta en su coche, nos pusimos a warrear, dijo que quería que pasáramos la noche juntos pero, una vez acabó el warreo, dijo que ya no le apetecía, que ya no siente lo que sentía por mí, que lo sentía porque el también lo había buscado.
Está claro que eso me ha dejado hundido, no suelo llorar muy a menudo, y menos por estas cosas, las defensas, los escudos y las corazas lo evitan, pero en ese momento si que lloré, me fui a casa destrozado y me sentí algo humillado y utilizado. Y ahora estamos en la situación inversa que tantas veces hemos vivido, yo si quiero y el no quiere.
En parte le entiendo, como no hacerlo, después de todo lo que le he dicho, de convencerle que yo solo siento por él amistad, pero es como si me hubiesen quitado una venda, lo que tenemos nosotros no es amistad, por mucho que yo haya pretendido disfrazarlo, es algo más. Ahora el duda de mi, desconfía hasta yo mismo desconfío y desconfiaría de mi, como no hacerlo? Y aparte siente que Felipe es más interesante y divertido que yo, conmigo solo ha sentido dolor, -espero que alguna alegría también-, pero principalmente ha sentido dolor cada vez que le he dicho que no le quería, o que necesitaba seguir conociendo a otras personas, no atarme… ahora me lo dice el a mi, ha descubierto que hay mas gente por conocer, mas experiencias que vivir, yo en cambio siento que no quiero conocer a mas gente, para qué? Nadie me va a querer como el me ha querido y como yo le quiero, nadie me va a entender como el me ha entendido y como yo le entiendo.
Ya le he dicho que no tenía derecho a decírselo, después de todo el daño que le había hecho, y que estaba siendo tremendamente egoísta pero que me pasa y que así lo siento.
El dice que se ve “casado” y que eso le agobia, -que curioso es parecido a lo que le dije a Goyo-. Que me ve como a un amigo al que le cuenta todo y que ya no es lo mismo conmigo.
¿Han podido cambiar tanto las cosas?
Sí, yo le veo diferente, ya no es el mismo que iba idolatrándome, por ser su único referente, un escalón por debajo de mi, y ahora que le veo en el mismo escalón, resulta que el quiere visitar otros pisos...
¿Puede el verme también diferente?
Ahora el se siente mas atraído por Felipe, y tiene derecho, yo la jodí en su día y no puedo pedirle nada, de hecho se lo he dicho, no quiero ser otra preocupación y si no puede ser, pues nada que se le va a hacer, parece ser que el ya ha pasado pagina, y hay algo que le frena. Tampoco puedo reprochárselo.
Dice que a lo mejor estoy equivocado, que me conformo, que como no me va bien, pues que voy a lo fácil, no creo que sea así, le veo tan diferente a como era cuando estábamos al contrario..., el dice que sabe que estaré ahí y que ahora le apetecen hacer otras cosas, que era lo que le dije yo antes...
No se por qué le dije nada, quizás me lo tenía que haber callado, pero estoy tan seguro que prefiero pasarlo mal y arriesgarme que seguir haciendo como si no le quisiera.Ahora se siente mal porque sabe que yo lo estoy, pero ya le he dicho que no se preocupe, se me da bien encajar estos reveses y actuar como si nada pasase, toda una vida de contención emocional es lo que tiene, aunque sí se me note en la cara y me lo digan en el trabajo continuamente… ando sin ganas de nada y además he hecho daño a una tercera persona que estaba en medio, tengo la impresión que mas que amar solo se causar daño a la gente.
¿Cómo fui tan gilipollas de no darme cuenta antes, de que no iba a haber nadie que me quisiera tanto y al que yo quiero tanto?, ahora parece que es tarde, lo se, conozco a Roberto mucho, ya no siente lo mismo por mi.
Como lo complicamos tanto?, nunca puede haber equilibrio entre nosotros, siempre tiene que sufrir uno...
¿Puede ser que ambos suframos una especie de síndrome de Estocolmo bestial? ¿Es posible que yo le haya convencido de que lo nuestro es amistad por encima de toda las cosas y el lo haya hecho a su vez conmigo convenciéndome de que es amor lo que siento?....y ahora ¿qué?...…bueno supongo que lo mejor es dejarle tranquilo, no quiero que tome una decisión precipitada. Si realmente quiero estar con el podré esperar, así que he decidido no llamarle mas, y verle menos, aunque eso va a ser complicado. Quiero intentar no causarle un problema mas, así pueda ser el que decida y no se vea forzado por mi… no se… todo es confuso.Ya le he dicho que no se preocupe que estoy bien, aunque sea mentira y sepa que le estoy mintiendo, es mas fácil hacer como si no me hubiese dicho que ya no me quiere como me quería.Quizás es lo mejor, yo me lo merezco por haberle hecho daño, y ya no puedo pretender que todo sea como antes.
Como amigo veo que ha hecho lo mejor por el mismo, y lo respeto y estoy orgulloso de que sea tan fuerte, si tuviese que aconsejarle solo como amigo, le diría que ni loco volviese conmigo, después de tantas cosas y tantas oportunidades que me ha dado…
Quizás yo sea un crío caprichoso y egoísta que no soporto que esté con otra persona y necesite que me esté siguiendo toda la vida, eso es tremendamente injusto, y se que no es así, pero entiendo que el no se fíe de lo que digo que siento y que yo lo haga porque no me ha ido bien.
No quería que caminara detrás de mi, no quiero caminar detrás de el, me gustaría que por una vez pudiésemos caminar juntos, pero a lo mejor de tanto decirle que solo fuésemos amigos al final el ya solo me ve así y solo puede verme así.
La vida es una gran putada y nosotros la hacemos mas chunga, pero si no puede ser, pues nada, supongo que podré vivir con ello, y ser medianamente feliz viéndole feliz.

No hay comentarios: