miércoles, 27 de diciembre de 2006

De avalanchas, navidad y ser cándido

Puff, y yo ahora que digo…, ya sabéis que algo malo ha ocurrido o quizá no. Quizás es solo que he caído en mi propia trampa. ¿Recordáis que dije que iba a actuar sin agobiar, sin ultimatums y también sin ilusionarme demasiado puesto que Rober está en un punto muy diferente al mío para no darme el ostiazo?, y que además yo lo sabía, si no volver a mirar entradas anteriores como “De echar de menos a alguien”..., que sus besos me sabían a poco, que su presencia era ausente, que el estaba sin estar. Lo dije y me lo dije tantas veces, que le conozco muy bien, pero no se si por no querer afrontarlo o porque el tampoco me dijo “ey que algo no va, no pasa nada pero no va” pues seguí alimentando una bola de nieve que este miércoles desencadenó avalancha. Y no es que pasara nada super gordo ni nada de esto, simplemente me quedé con cara de gilipollas porque llamé a Rober para invitarle a la fiesta de mi empresa, y resultaba que estaba con Felipe.
Y no se trataba que me molestara que estuviese con el (un poco sí, no puedo evitarlo, pero es normal, ¿no?), entiendo que es un nuevo amigo (ja!) para Roberto y que le va a seguir viendo, la cosa que me molestó fue que no me dijese que lo iba a hacer, o que todo este tiempo había estado hablando con el, que me dejara ilusionarme para después darme de bruces con la realidad, que encima ni se si es así porque Rober no sabe lo que quiere, ni conmigo ni con Felipe ni con nadie.
Le colgué rápidamente porque me dejó descolocado, y bueno luego me llamó el para decirme que no pasaba nada, que Felipe estaba hablando con su ¿novio? de Barcelona… Pero no quise seguir hablando porque además se había quedado ese día sin coche, y al aparecer Felipe con su coche, sabía que acabaría en su casa como así después corroboré.
En casa me puse muy mal, me fui a la cama directamente pasando primero por el armario de las medicinas, para tomarme una amiguita blanqui-roja, Lexatin hola de nuevo. Ultimo mensaje de Rober, “siento q siempre t hago daño y x eso t lo he ocultado, tienes razón xq ahora t sients engañado, yo t kiero y kiero q funcione pero ncsito tiempo. Perdoname x hacerte sntir así.” …Puff, escuece pero también sopla en la herida (alguien dijo algo sobre esto en un comentario no?).

La mañana del jueves, no me sentí capaz de salir de la cama, y eso hice, llamé a curro para decir que estaba malo. Un nuevo mensaje de Rober preguntándome si seguía odiándole…y bueno intenté ser civilizado y decirle lo que también he repetido aquí hasta la saciedad, que no puedo pretender que me quiera como yo le quiero o como me quería hace 4 meses, y que tenía que ir a una historia del piso por la tarde, quizás pretendiendo que me dijese que nos viéramos después o incluso que se viniese, pero sin pedírselo.

A la salida, decidí acercarme a su trabajo, ya eran las 19.30, así que pensé que le pillaría saliendo pero resultó que ya se había ido, total que me fui andando hasta Gran Vía para airearme un poco, ver gente, no se, olvidarme de mi mismo con el bullicio de estos días, sentirme absorbido por la vorágine de gentes comprando, a la altura de Callao me mandó un mensaje diciéndome que fuera a la fiesta, que me despejaría, un mensaje que parecía decir más de lo que decía…
Ya le conté que me sentía mal porque no hubiese intentado verme para ver como estaba y eso, y que lo que había querido contarle la tarde anterior era que se hubiese venido conmigo a la fiesta de mi empresa, y que dada la situación no me apetecía. Mas tarde ya en casa y como no me llamó algo me dijo, (no hay que ser Gregory House para saberlo), que estaba en casa de Felipe, y se lo puse en un mensaje de esos de despechado, de lo harto que estoy de la situación, que dudo que podamos ser felices juntos, que ya no albergo esperanzas de ello y que el ya estaría en casa de Felipe. A lo que no contestó nada, seguido que no sabía que contestarme que no es justo que lo mande todo a la mierda y me harte. ¿no? ¿no es justo? ¿para ti o para mí? Creo que no es justo para ninguno que sigamos con la eterna cancioncilla, ahora si, ahora no,… cansamos a todo el mundo con esto…o quizás mantenemos la expectación porque en toda trama argumental follonesca como la nuestra que se precie, el interés es que sea difícil o casi imposible, porque cuando la pareja protagonista por fin se juntas, la serie/película/obra/culebrón se termina y debe ser que debido a nuestro éxito, nuestros guionistas han dado esa vuelta de tuerca al guión para prorrogar la temporada. Todo el mundo sabe que cuando en Medico de Familia Emilio Aragón se casó con Lydia Bosch la serie estaba acabada, lo que pasó mucho antes y mejor contado en míticas y mejores series como Luz de luna o Remington Steel o ahora con Yo soy Bea.

Divago. Ya vuelvo, acabé diciéndole las ganas que tenía de insultarle, de decirle lo cobarde que es de no afrontar la historia y de encima pasar de cómo me sentía e irse a casa de Felipe, pero es que claro tenía que devolverle el coche que le había prestado por la mañana (nótese aquí un alto grado de mosqueo). Deje el tema de los mensajes porque me estaba poniendo malo y acabé contándoselo todo a Goyo (lo siento), pero sentía que iba a explotar, y la verdad que me quedé mas tranquilo. Que paciencia tienes y que buena gente eres. (Tomaquetomaquetoma-tá).

Me sentó como un nuevo mazazo, o mucho peor, porque esta vez se estaba portando fatal como amigo. Y como se me da bien eso del despecho, le puse un mensaje de los que escuecen, que le había faltado tiempo para ir allí, que por alguna razón Felipe le había dejado el coche y que había ido yo a verle a su trabajo para, sino arreglar, no seguir jodidos al menos. Y que su repentino interés en que fuese a la fiesta más que despejarme a mí quizás era que así el sentiría mejor, menos culpable. Es que cuando me pongo dramático no hay quien me gane.

Y para colmo, a la mañana siguiente me pasé por su trabajo antes de que llegase aunque la verdad es que ya debería estar allí, le dejé el regalo y me piré, no quería quedarme otra navidad con regalos por entregar y sin abrir. Os podéis imaginar que se montó buena, se puso a buscarme, a llamarme y yo no se lo cogía, me llamó Flavia, que era mejor que nos viésemos, al final y aunque estaba pretendiendo hacer una escena de despedida dramática, le llamé, para decirle que estaba bien, que no me buscase, ya estaba lejos, me dijo que nos teníamos que ver para que se explicase… la llamada subió de tono y bien podría decirse que era la ultima vez que hablásemos pero al meterme al metro en vez de ir dirección mi casa, volví a su trabajo, nos vimos en la heladería que está al lado, nos abrazamos y estuvimos llorando durante un buen rato.

Así que nada, volví a redil, como en la peli de Jack y Ennis, habría deseado saber como dejarte. Pero no pude. Meli, la hermana de Rober, me dijo hace unas semanas que llegará el día que uno de los dos digamos basta, y ese día pareció ser el viernes, pero nuestra codependencia es demasiado fuerte, seguramente el se quedó mucho más tranquilo, además esa noche tenía su fiesta de empresa. Antes de volverme le mandé un mensaje para decirle si ya había salido a comer, por si me decía que comiésemos juntos…pero no.
Esa tarde se volvió pronto a casa, aproveché que tenía que volver en metro para dejarle unos mensajes en el buzón de voz, a veces cuesta menos decir las cosas de ese modo, me viene el flashazo (se escribe así?) de Maribel Verdú en “Y tu mamá también” cuando le dice por teléfono a su ex, que le deje decir todo lo que le tiene que decir. Hice lo mismo, al principio y como habíamos hablado de que se iba a poner para la fiesta, le dejé varias opciones con las que ir apropiado pero con un punto medioqué. Además así le acompañaba mientras llegaba a su casa, en uno de los mensajes se me quebró un poco la voz, al decirle que le quiero y que prefiero estar una vida juntos como amigos a un solo día como pareja si el no lo tiene claro.

Y nada así pasamos la navidad, un poco plof, en nochebuena estuvimos hablando durante toda la tarde, al principio habíamos quedado para vernos después de comer y que el viera lo de su regalo porque hay que ajustarlo. Pero al final yo le dije que mi madre se iba a mosquear si me escaqueaba de los preparativos de la cena, la mesa, los detalles, las bandejas de dulces, el postre, los entrantes…
Durante esa tarde hablamos de salir un poco por la noche, pero después de la cena me puso un mensaje que si tenía muchas ganas de salir, y nada pues eso significa que el no, volvimos a hablar durante un buen rato y finalmente no salimos. También se quedó tirado Vini, nuevo actor secundario de nuestra pequeña función, el me insistió que tenía que salir yo que no me quedara en casa… Pero la verdad ya no tenía ganas de nada.

El día 25, Vini me convenció para ir al cine, yo o pude no decírselo a Rober y también se vino, primero a Kinepolis, todo lleno, pusimos rumbo al M40, nos metimos a ver Mentes en blanco porque Candida ya había empezado, y bueno un poco raro no ver la peli de la mano de Rober, me faltaba algo. Al salir y como no teníamos nada mejor que hacer, nos colamos a ver Candida que me dejó sabor agridulce, pero me hizo sonreír y olvidarme un rato de Roberto.

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