jueves, 13 de octubre de 2005

Las aburridas crónicas de un aburrido pelmazo

Hoy dos entradas, la anterior me parece un rollo que no dice nada, y no es que sea un pretencioso que quiera dejar aquí algun pensamiento sesudo, tan solo los mios, y tengo al menos como para poder hacer dos entradas al diario, o al menos eso me gusta creer.

Esta noche he visto Mi Vida Sin Mi, ya sé que no es lo más recomendable pero la verdad no me perdonaba no haberla visto antes, que preciosa película, aunque algo pausada, Isabel Coixet me parece la mejor directora de cine español actual. Si no la habeis visto intentar pillarla, además sale Leonor Watling que es de mis actrices preferidas y la música es genial, eso sí el tema es triste.

Creo que lo que intentaba decir en la anterior entrada, era que sigo añorando, extrañando y llorando tu ausencia, pero que la vida continúa y que cuanto más continúa mas rápido llega el siguiente capítulo, y hacer cosas hace que al menos haya un minuto del día en el que no me sienta solo, pero no es del todo así, y eso lo aprendí el domingo mientras nos besábamos en la cinta transportadora, nos abrazábamos y nos volvíamos a despedir, aprendí que no me falta dentro nada, que sigues estando ahí, en cada cosa que hago, en cada cosa que pienso o digo y que no importa el tiempo que pase, seguiré sintiendo lo mismo como intenté decirte en un torpe intento de escribir mi primera carta de amor. No es que no sea persona de escribir cartas de amor, pero
1, no ha habido otro con el que lo haya sentido, 2, nunca sentí la necesidad de hacerlo y 3 es la clase de cosas para las que en mi familia nos hemos desprogramado para no sentirlas.

Es curioso que partiendo de un punto inicial hace muchos años, en el que supongo había mucho amor, diversión y alegría, hallamos llegado a por ejemplo hoy, a comer todos juntos sin decir nada durante la comida, por lo menos es lo que veo en las fotos de esa epoca de mi vida, cuando mi padre vivía y las cosas supongo eran bonitas. Hay una foto que recuerdo de esa época, es una foto pequeña, mate y con las esquinas redondeadas, no es una foto que vea muy a menudo, estará en algún cajón con el resto de fotos desordenadas de la familia, no sé por qué esa foto es la imagen que tengo de mi niñez, en ella salimos mis tres hermanos, mi padre y yo, en lo que parece es una mañana de verano, mi padre lleva barba y normalmente no llevaba, el sol que entra por la ventana parece cercano al mediodía, y por lo que me imagino supongo que mi padre se despertó tarde y todos fuimos a la cama a tumbarnos a su lado, supongo que debía ser muy cariñoso con nosotros porque parece como si no nos quisiesemos separar de él, ya que por su trabajo le veíamos muy poco, incluso en los fines de semana. Me encanta esa foto.

La peli me ha hecho pensar en mi padre, es inevitable, claro que mi padre cuando murió no sabía que le iba pasar. Me hubiese gustado que como la prota de la peli hubiese podido dejar grabada su voz con algún mensaje para todos, pero sobre todo para poder escuchar su voz, cuando pasó yo tenía 6 años así que no conservo recuerdo de su voz, o su forma de andar, la manera de llamar a mi madre mamá y que ella le llamara papá, a mi enseñandole algún dibujo o cogiendole de la mano, todos mis recuerdos son únicamente las fotos que tenemos y son como ver la vida de otro, ya que yo no me acuerdo de todo aquello.
Hacía mucho que no pensaba en mi Padre, pero mucho, recuerdo que antes cuando pensaba en él creía que me escuchaba y que me veía, ojalá pudiera ponerle voz y altura y tubiese un solo recuerdo vivo de él, lo que tengo cuando me le imagino es esa cama de verano con todos encima suya, sin voz, sin olor, sin calor.
Tanbién me hubiese gustado escuchar lo que le hubiese gustado decirme de haber sabido lo que iba a pasar, y por supuesto me hubiese encantado saber que hubiese respondido al decirle que soy gay, aunque hubiese sido la peor reacción de la historia sería mejor que tener cien "y si hubiese".

No quiero ser la reina del drama, pero mis tres hermanos tuvieron mas suerte en esto, los dos mayores eran lo suficientemente mayores como para tener y poder recordar esos momentos y Alfonso, el pequeño era demasiado pequeño como para recordar que debía recordarlo, que es lo que me pasa a mi, tengo la estantería en mi cabeza, tengo el hueco de esos recuerdos, sé que deberían estar ahí pero no llego a verlos, en sus sitio solo hay pequeñas fotos mates con las esquinas redondeadas.

Siento que tengo la necesidad de decirte papá que te quiero aunque no me acuerde de ti, y que espero que estuvieses orgulloso de mi y de mamá y de los otros tres que estábamos tumbados junto a ti en esa cama de verano.
Adiós papá.

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